La Estrella de Panamá y El Siglo, desbloqueados de las sanciones de la Lista Clinton
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El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha aceptado la propuesta del propietario de los diarios El Siglo y La Estrella de Panamá, Abdul Waked, que se desprende del control de la empresa editorial para salvaguardar su operación informativa.
Eduardo Quirós, presidente del grupo que edita los populares periódicos panameños, anunció hoy la noticia, tras 17 meses, dijo, de incertidumbre y dificultades, desde que el 5 de mayo de 2016, el Departamento del Tesoro de EEUU, incluyera a Waked en la lista que elabora la Oficina de Control de Bienes Extranjeros, contra el blanqueo de capitales.
Esta solución, declaró, “protege la dignidad nacional” y “corresponde al inmenso respaldo que hemos recibido del pueblo panameño” y múltiples organizaciones nacionales e internacionales.
Según explicó Quirós, Abdul Waked ha transferido a la nueva Fundación Publicando Historia, a título gratuito y como donación irrevocable, el 51% de las sociedades que gestionan los periódicos. Todos los beneficios de la fundación serán exclusivamente para los periódicos.
El Consejo de Fundación, integrado por el propio Quirós, el abogado y exembajador Eloy Alfaro de Alba y el ex vicepresidente y excanciller y empresario Samuel Lewis Navarro, se encargará de la administración de “Publicando Historia”.
“En estos ciudadanos (Alfaro y Lewis Navarro) hemos encontrado la disposición y el compromiso por la defensa de la libertad de expresión y salvaguarda del patrimonio que significan los periódicos para Panamá, sin ningún beneficios personal y a riesgo de una aventura todavía por escribir”, subrayó Quirós.
Quirós, “orgulloso del respaldo del equipo de trabajo”, de los que están y de los que tuvieron que abandonar la empresa por las restricciones impuestas, destacó el reto pendiente de seguir haciendo el trabajo mejor y con mayor calidad.
“Los principios estaban de nuestra parte y los hemos defendido”, recalcó tras comparar esta inédita situación con la lluvia que todavía se espera en el inhóspito desierto de Sariagua, en las provincias centrales de Panamá.
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